08 abril, 2006

ÍTACA (Konstantinos Kavafis)

Sí, ya sé que la poesía no es toda la literatura, pero mis deudas pendientes son deudas pendientes.
Y una de ellas es ésta, "ÍTACA", de Kavafis. Porque todos tenemos nuestras Ítacas.
Sí, también sé que es muy conocida, pero a mí me gusta releerla de vez en cuando. Por eso voy a añadirla. Porque me gusta, porque me sitúa donde debo estar y porque Kavafis me gusta.


"Si vas a emprender el viaje hacia Ítaca,
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencias, en conocimiento.
A lestrigones y a cíclopes,
o al airado Poseidón nunca temas.
No hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
A lestrigones y a cíclopes,
ni al fiero Poseidón hallarás nunca,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañana de verano
en que con placer, felizente,
arribes a bahías nuca vistas;
detente en los emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
madreperlas y corales, y ámbar y ébano,
perfumes deliciosos y diversos,
cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados perfumes;
visita muchas ciudades de Egipto
y con avidez aprende de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta.
Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años;
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella, el camino ho hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte.

Aunque pobre la encuentres, no te engañará Ítaca.
Rico en saber y en vida, como has vuelto,
comprendes ya qué significan las Ítacas.

05 abril, 2006

TE DESEO (Vïctor Hugo).

Te deseo primero que ames, y que amando,
también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es,
sepas ser sin desesperar.
Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos e inconsecuentes,
sean valientes y fieles,
y que por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar.
Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que, algunas veces, te cuestiones tus propias certezas.
Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que seas útil, mas no insustituible.
Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.
Igualmente, te deseo que seas tolerante;
no con los que se equivocan poco, porque eso es fácil,
sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.
Te deseo que siendo joven
no madures demasiado de prisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor
y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.
Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena,
que la risa habitual es sosa
y la risa constante es malsana.
Te deseo que descubras,
con urgencia máxima, por encima y a pesar de todo,
que existen, y que te rodean,
seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.
Te deseo que acaricies un gato,
alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera, te sentirás bien por nada.
Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea,
y la acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuántas vidas está hecho un árbol.
Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico.
Y que por lo menos una vez por año pongas
algo de ese dinero frente a ti y digas:
"Esto es mío",
sólo para que quede claro quién es el dueño de quién.
Te deseo también que ninguno de tus afectos muera,
pero que si muere alguno,
puedas llorar sin lamentarte y
sufrir sin sentirte culpable.
Te deseo por fin que, siendo hombre,
tengas una buena mujer, y que siendo mujer,
tengas un buen hombre, mañana y al día siguiente,
y que cuando estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.
Si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo mas nada que desearte.