HA VUELTO.
Timur Vermes.
Traducción: Carmen Gauger.
Editorial Seix Barral.
B. Septiembre 2013.
383 pp.
ISBN. 978-84-322-2036-4
Cuando en una revista
de novedades literarias leí la reciente publicación de esta novela, como en
otras ocasiones, la anoté rápidamente en el mini cuadernillo que utilizo al
efecto para buscarla en mi librería habitual.
Obviamente, cuando la busqué, y siendo una novedad de pocos
días antes, no se encontraba físicamente en ella, puesto que las estanterías y
los expositores se destinaban a ser ocupados con la docena de best sellers que
la crítica y las editoriales se empeñan, mes a mes, en que leamos.
Comercialmente parece más rentable al librero buscar en el
ordenador y posteriormente, como quien descubre el fuego, decirme: “Lo tengo.
Puedo tenerlo aquí en un par de días”.
Ufano, chasca la lengua insinuando: “¡Toma ya! A ver si
superas mi efectividad”. Me da pena desencantarlo, miro los estantes, sonrío y,
naturalmente, dos días después me cuesta otro viajecito al Templo a recoger lo
que podría haber estado en su día allí, in situ. ¡País!
Ya lo he leído, pues.
Y me ha sorprendido gratamente por varias razones. El
soporte físico, aunque muy normal, es cómodo, la letra de un tamaño razonable,
sus proporciones, cuanto menos, llaman la atención…
Dentro, Timur Vernes desarrolla todo un nuevo espacio
histórico despertando a Hitler (sí, él, el dictador) en un descampado berlinés
66 años después de su muerte real. Pero en la novela, el Führer, para los
nostálgicos, sólo ha sufrido un inexplicable “estar en el limbo” desde aquel
terrible 1945.
Aparece de repente y, con “casi” el mismo esquema mental que
el de aquellos años, se encuentra, se sorprende y actúa sobre las innumerables
incongruencias y desatinos que el siglo XXI ofrece. Incongruencias o desatinos
a sus ojos, claro, que ofrecen al autor la posibilidad de criticar abiertamente
– aún por boca de A.H. – todo ese entramado que se ha montado sobre los grandes
mitos sociales del nuevo milenio.
Una obra amena, excelentemente resuelta, claramente
expositiva y profundamente crítica a la vez que mordaz, que hace que el lector
pueda reírse con los problemas y las, a veces, fáciles soluciones que estos
pueden presentar.
Inquieta un poco saber que en Alemania, este personaje “prohibido”
aún levanta la suficiente polémica como para ser, el libro, un fenómeno
literario del año (palabras de la editorial) y que se anuncie tanto su
publicación en varias docenas de países
así como el proyecto de rodar una película.
Y a muchos puede sorprender, y a algunos asustar, esa
especie de “revisionismo” disfrazada de sátira que se encierra en tan solo
cuatro palabras con las que casi se cierra el libro:
“No todo fue malo”.
A veces disparatada, otras incongruente y otras muchas
lógica, recomiendo su lectura.
Igual así apreciamos que en el campo no sólo hay hierba sino
muchas otras plantas, más y menos importantes, que dan variedad y matizan frente a la monocroma versión que hasta ahora conocíamos
de lo que nos habían dicho cómo era un prado.
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