Si de Antonio Machado hubiera de recordar, podría recordar mucho. Si, además, lo combino con la infancia, la añoranza me trae a la memoria una poesía con la que muchos de nosotros asociamos nuestro periodo escolar. Y no me resisto a su presencia en estas páginas, tan de tarde en tarde escritas y mucho menos leídas.
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
.
Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.
.
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
Y todo el coro infantil
va cantando la lección:
"mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón."
.
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.
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