09 julio, 2008

EUGENIO SUÁREZ GALBÁN-GUERRA

CUANDO LLEVABAMOS UN SUEÑO EN CADA TRENZA.

Editorial Kailas
Colección Serie Ficción

1ª Edición 2007
ISBN 13: 978-84-89624-27-6
226 páginas

El bar de Lucio, perdido en un barrio madrileño, es el punto de reencuentro de un grupo de amigas que lo frecuentaban en su juventud y que ahora, en la madurez, sirve para que cada una de ellas desgrane ante las demás sus sueños, sus vidas, sus problemas y sus decepciones. Todo bajo la atenta – y curiosa – mirada del propietario del mismo, que las acompaña mentalmente en sus conversaciones, enjuicia en silencio y se explica – o más bien explica al lector - el por qué de algunas situaciones de los personajes.

Paralelamente, las disquisiciones de una monja, anciana y rebelde, ponen sobre la mesa, o en el texto, la enorme cantidad de obstáculos que, moralmente, se presentan para conseguir ser un buen cristiano (o una buena cristiana) incluso a pesar de la Iglesia. La hermana Patrocinia nos hila sus recuerdos en el tiempo presentándonos, de forma muy crítica a la vez que lógica, la evolución de las creencias a lo largo de nuestra Historia cercana, desde la época republicana hasta hoy.

* * * * * *

Después de leer una novela, tengo la mala costumbre de curiosear en la Red qué se respira sobre dicha obra. En este caso, la realidad es decepcionante. Dos o tres reseñas (ésta, claro, será una más) que no dicen nada, que se repiten – o se copian - de una a otra, transcripción literal casi de la contraportada del libro.

Éste, como algunos de los que he leído últimamente, es un “libro de mujeres”. Siempre me ha llamado la atención lo que muchos damos en llamar “el mundo de las mujeres”. Y no hay mujeres más dispares en esta novela que Puri, Trini, Pili, Mari, Yoli o Loli. Pero, aún en su disparidad, no me llegan a calar. Quizás yo no haya sabido llegar a ellas, ponerme en su lugar, pero sus historias me quedan algo lisas, desenfocadas y un tanto irreales. Como contrapunto de la farsa, cual violón de una orquesta, con voz profunda y dominante, la hermana Patrocinio hilvana su historia, independiente, paralela y contundente.

Hay, pues, que distinguir dos hilos narrativos:

El de las mujeres que se reúnen periódicamente en el bar a contar sus historias, a hablar de ellas y de las demás, unas veces de modo superficial, otras implicándose más en los problemas de sus amigas o pidiendo a éstas que se impliquen en los suyos. Este hilo me parece demasiado costumbrista, a veces obvio y, en mi opinión, demasiado estereotipado. Aunque quizás esa sea la intención del autor; mostrar cómo todo se mueve por estereotipos, encasillamientos de los que es difícil salir y rutinas de las que es casi imposible salvarse.

El otro hilo, más sólido pero a primera vista menos importante, me ha gustado, sin embargo, bastante más. La monja plantea cuestiones históricas, teológicas, inquietudes intelectuales, monólogos que algunas veces “rozan la herejía”, presentándonos una historia de la Iglesia que resulta bastante más interesante que muchas de las confesiones de los personajes del otro hilo argumental.

Me gusta, pero me confunde, el cameo literario que construye el autor en las últimas páginas, así como la intersección, para mí algo forzada, de los personajes de ambas historias en esas páginas citadas y que, a mí, me han costado un poco leer.

Según mi criterio, pues, es un libro hasta cierto punto descompensado. Las dos historias no tienen la misma fuerza, no están tratadas quizás con la misma intensidad.

Pese a ello los personajes, todos mujeres (si exceptuamos a Lucio, el dueño del bar, el “pepito grillo” o “la memoria de éstas”) se enfrentan a una misma situación: el descontento entre los sueños, las esperanzas de su juventud y la realidad demoledora de sus tristes vidas actuales.

Todos somos rehenes de nuestros sueños Quizás por eso, ellas evocan, con cierta envidia mezclada con tristeza, aquel pasado en el que, resumido en el título del libro, “llevaban un sueño en cada trenza”.


(Publicada en la web www.ciberanica.com)

JULES VALLÉS

EL NIÑO / EL BACHILLER / EL INSURRECTO (Trilogía de Jacques Vingtras)

Editorial ACVF
Madrid 2006 - 2007
Traducción de Manuel Serrat Crespo
ISBN: 84-935265-1-7; 84-935265-2-5; 84-935265-3-3
318 pp, 350 pp, 320 pp.

LA VIDA.
Es difícil hablar de Jules Vallès sin antes retratar someramente al autor y, paralelamente, a su obra. Expongo, pues, cómo nace, crece y culmina, esta excelente trilogía.

En el exilio, por su activa participación en la Comuna de 1871 se ve obligado a huír a Bélgica y después a Londres. Un exilio marcado por una condena a muerte por contumacia.

Tras la muerte de su hija de pocos meses, Vallés evoca su vida infantil y escribe el primer volumen de su famosa “Trilogía de Jacques Vingtras” (alter ego del autor), “El niño”, publicándola por entregas en 1878 (una costumbre muy de la época) en el periódico Le Siècle, curiosamente prohibido por la misma Comuna durante la revolución, bajo el pseudónimo de La Chaussade.

En 1878 escribe Vingtras II (retitulada “El bachiller”). Publicada de igual manera que “El niño”, en 1879, bajo el pseudónimo de Jean La Rue.

Muerto en 1885 y enterrado en un acto multitudinario en el famoso cementerio de Père-Lachaise, la tercera parte de la trilogía, “El insurrecto”, aparece en 1886. (interesante, la dedicatoria de este volumen: “A los muertos de 1871. A todos aquellos que, víctimas de la injusticia social, tomaron las armas contra un mundo mal hecho y formaron, bajo la bandela de la Comuna, la gran federación del sufrimiento, dedico este libro”.

Muere, pues, con 53 años, víctima de la diabetes y según dicen, sus últimas palabras fueron: “Yo he sufrido mucho”.

LA OBRA.

Unas memorias, mitad recuerdos, mitad panfleto revolucionario, que recogen las vicisitudes de Jacques Vingtras (JV = Jules Vallès) desde su infancia hasta los sangrientos sucesos de la Comuna de 1871.

En el primer tomo narra sus vicisitudes de niño, de escolar, con una madre posesiva y un padre que, para mantener a la familia, soporta todas las humillaciones que, por su cargo, se ve obligado a aceptar en un puesto educativo de los menos considerados en el sistema educativo francés de la época. Se insinúa en esta obra su amor por los libros, la escritura… no es difícil reconocer en sus líneas su camino revolucionario, vindicativo de libertades.

En el segundo, “El bachiller”, nos expone el encuentro con su libertad, una libertad ficticia por cuanto depende de ayudas de sus padres, posibles “becas” y herencias mínimas inesperadas. Sus estudios se van viendo influenciados, así como su postura político-social, por los sucesos de 1850.

El tercer tomo, el más intenso, desemboca en su pelea, personal y pública, contra el sistema establecido, al que considera injusto. Partícipe activo de la lucha de la Comuna, una revolución provocada por la guerra franco-prusiana, un “¡basta ya!” de las clases desfavorecidas contra el Sistema, una ilusión que acaba con miles de muertos por la libertad. Es un libro vertiginoso, en el que cuesta un poco ponerse en situación, relacionar acontecimientos, pero el más interesante, a mi parecer, de los tres.

Jules Vallès, al que no había leído hasta ahora (lo siento), me recuerda, en una extrapolación temporal, geográfica e histórica a Arturo Barea con su “La forja de un rebelde”. quizás por ser una trilogía y porque en ambas la construcción temporal es similar. Ambos dedican un primer volumen a su infancia, un segundo a su adolescencia-juventud (Vallès estudia. Barea combate en África) y un final revolucionario (Vallès en la Comuna. Barea en la guerra civil). Pero ahí acaban las similitudes.

Centrándonos en Vallès, en su primera obra se enmascara relativamente, permitiendo así la ironía y la mistificación. En las siguientes va olvidando paulatinamente esta protección para inflamarse de espíritu revolucionario y modificar, a ojos del lector, tanto a la obra como al autor de ésta. Enfrentado al Segundo Imperio, su lectura nos presenta a un Vallès auténtico, transparente y sincero.

En las tres, su forma de escribir parece que implica al lector, forzándole a dar su opinión (una opinión que, por otra parte, se inclinará obviamente hacia la Libertad y el Derecho)

Es curioso cómo transmite al lector la relación del novelista y de su supervivencia en la época. Todos los escritores, incluso ahora, juegan entre la prensa y la novela. Y lo que es válido actualmente sirve igual para aquel siglo. Los escritores de esa época, ante la imposibilidad de publicar sus obras, se vuelcan en la intervención periodística, único medio de subsistir que muchos de ellos encuentran. Vallès, como tantos otros, así lo hace y lo declara sin problemas. Muchos de ellos generan una justificación creíble creando la figura del genio incomprendido y condenado por los acontecimientos a las columnas de los periódicos. Pero estos mismos periódicos son, a la vez, talleres literarios, consecuencia a la que Vallés no es ajeno pues la experimenta en sí mismo, abriendo paso a corrientes estéticas y culturales del siglo XIX e inicios del XX.

Periodista, escritor y editor (el más famoso periódico creado por él es “Le Cri du peuple”, además de algunos otros en épocas determinadas), Jules Vallès es un autor imprescindible para leer, tanto para conocer la evolución histórica de un país en el siglo XIX como para, y más importante para mí, observar y admirar el desarrollo personal de un hombre que, aún hoy, es venerado y homenajeado por muchos de los que pelean, sufren y siguen peleando por los derechos humanos, aunque sea desde la pequeña parcela de su propia libertad individual.

(Publicada en la web www.ciberanika.com)