EL NIÑO / EL BACHILLER / EL INSURRECTO (Trilogía de Jacques Vingtras)
Editorial ACVF
Madrid 2006 - 2007
Traducción de Manuel Serrat Crespo
ISBN: 84-935265-1-7; 84-935265-2-5; 84-935265-3-3
318 pp, 350 pp, 320 pp.
LA VIDA.
Es difícil hablar de Jules Vallès sin antes retratar someramente al autor y, paralelamente, a su obra. Expongo, pues, cómo nace, crece y culmina, esta excelente trilogía.
En el exilio, por su activa participación en la Comuna de 1871 se ve obligado a huír a Bélgica y después a Londres. Un exilio marcado por una condena a muerte por contumacia.
Tras la muerte de su hija de pocos meses, Vallés evoca su vida infantil y escribe el primer volumen de su famosa “Trilogía de Jacques Vingtras” (alter ego del autor), “El niño”, publicándola por entregas en 1878 (una costumbre muy de la época) en el periódico Le Siècle, curiosamente prohibido por la misma Comuna durante la revolución, bajo el pseudónimo de La Chaussade.
En 1878 escribe Vingtras II (retitulada “El bachiller”). Publicada de igual manera que “El niño”, en 1879, bajo el pseudónimo de Jean La Rue.
Muerto en 1885 y enterrado en un acto multitudinario en el famoso cementerio de Père-Lachaise, la tercera parte de la trilogía, “El insurrecto”, aparece en 1886. (interesante, la dedicatoria de este volumen: “A los muertos de 1871. A todos aquellos que, víctimas de la injusticia social, tomaron las armas contra un mundo mal hecho y formaron, bajo la bandela de la Comuna, la gran federación del sufrimiento, dedico este libro”.
Muere, pues, con 53 años, víctima de la diabetes y según dicen, sus últimas palabras fueron: “Yo he sufrido mucho”.
LA OBRA.
Unas memorias, mitad recuerdos, mitad panfleto revolucionario, que recogen las vicisitudes de Jacques Vingtras (JV = Jules Vallès) desde su infancia hasta los sangrientos sucesos de la Comuna de 1871.
En el primer tomo narra sus vicisitudes de niño, de escolar, con una madre posesiva y un padre que, para mantener a la familia, soporta todas las humillaciones que, por su cargo, se ve obligado a aceptar en un puesto educativo de los menos considerados en el sistema educativo francés de la época. Se insinúa en esta obra su amor por los libros, la escritura… no es difícil reconocer en sus líneas su camino revolucionario, vindicativo de libertades.
En el segundo, “El bachiller”, nos expone el encuentro con su libertad, una libertad ficticia por cuanto depende de ayudas de sus padres, posibles “becas” y herencias mínimas inesperadas. Sus estudios se van viendo influenciados, así como su postura político-social, por los sucesos de 1850.
El tercer tomo, el más intenso, desemboca en su pelea, personal y pública, contra el sistema establecido, al que considera injusto. Partícipe activo de la lucha de la Comuna, una revolución provocada por la guerra franco-prusiana, un “¡basta ya!” de las clases desfavorecidas contra el Sistema, una ilusión que acaba con miles de muertos por la libertad. Es un libro vertiginoso, en el que cuesta un poco ponerse en situación, relacionar acontecimientos, pero el más interesante, a mi parecer, de los tres.
Jules Vallès, al que no había leído hasta ahora (lo siento), me recuerda, en una extrapolación temporal, geográfica e histórica a Arturo Barea con su “La forja de un rebelde”. quizás por ser una trilogía y porque en ambas la construcción temporal es similar. Ambos dedican un primer volumen a su infancia, un segundo a su adolescencia-juventud (Vallès estudia. Barea combate en África) y un final revolucionario (Vallès en la Comuna. Barea en la guerra civil). Pero ahí acaban las similitudes.
Centrándonos en Vallès, en su primera obra se enmascara relativamente, permitiendo así la ironía y la mistificación. En las siguientes va olvidando paulatinamente esta protección para inflamarse de espíritu revolucionario y modificar, a ojos del lector, tanto a la obra como al autor de ésta. Enfrentado al Segundo Imperio, su lectura nos presenta a un Vallès auténtico, transparente y sincero.
En las tres, su forma de escribir parece que implica al lector, forzándole a dar su opinión (una opinión que, por otra parte, se inclinará obviamente hacia la Libertad y el Derecho)
Es curioso cómo transmite al lector la relación del novelista y de su supervivencia en la época. Todos los escritores, incluso ahora, juegan entre la prensa y la novela. Y lo que es válido actualmente sirve igual para aquel siglo. Los escritores de esa época, ante la imposibilidad de publicar sus obras, se vuelcan en la intervención periodística, único medio de subsistir que muchos de ellos encuentran. Vallès, como tantos otros, así lo hace y lo declara sin problemas. Muchos de ellos generan una justificación creíble creando la figura del genio incomprendido y condenado por los acontecimientos a las columnas de los periódicos. Pero estos mismos periódicos son, a la vez, talleres literarios, consecuencia a la que Vallés no es ajeno pues la experimenta en sí mismo, abriendo paso a corrientes estéticas y culturales del siglo XIX e inicios del XX.
Periodista, escritor y editor (el más famoso periódico creado por él es “Le Cri du peuple”, además de algunos otros en épocas determinadas), Jules Vallès es un autor imprescindible para leer, tanto para conocer la evolución histórica de un país en el siglo XIX como para, y más importante para mí, observar y admirar el desarrollo personal de un hombre que, aún hoy, es venerado y homenajeado por muchos de los que pelean, sufren y siguen peleando por los derechos humanos, aunque sea desde la pequeña parcela de su propia libertad individual.
Es difícil hablar de Jules Vallès sin antes retratar someramente al autor y, paralelamente, a su obra. Expongo, pues, cómo nace, crece y culmina, esta excelente trilogía.
En el exilio, por su activa participación en la Comuna de 1871 se ve obligado a huír a Bélgica y después a Londres. Un exilio marcado por una condena a muerte por contumacia.
Tras la muerte de su hija de pocos meses, Vallés evoca su vida infantil y escribe el primer volumen de su famosa “Trilogía de Jacques Vingtras” (alter ego del autor), “El niño”, publicándola por entregas en 1878 (una costumbre muy de la época) en el periódico Le Siècle, curiosamente prohibido por la misma Comuna durante la revolución, bajo el pseudónimo de La Chaussade.
En 1878 escribe Vingtras II (retitulada “El bachiller”). Publicada de igual manera que “El niño”, en 1879, bajo el pseudónimo de Jean La Rue.
Muerto en 1885 y enterrado en un acto multitudinario en el famoso cementerio de Père-Lachaise, la tercera parte de la trilogía, “El insurrecto”, aparece en 1886. (interesante, la dedicatoria de este volumen: “A los muertos de 1871. A todos aquellos que, víctimas de la injusticia social, tomaron las armas contra un mundo mal hecho y formaron, bajo la bandela de la Comuna, la gran federación del sufrimiento, dedico este libro”.
Muere, pues, con 53 años, víctima de la diabetes y según dicen, sus últimas palabras fueron: “Yo he sufrido mucho”.
LA OBRA.
Unas memorias, mitad recuerdos, mitad panfleto revolucionario, que recogen las vicisitudes de Jacques Vingtras (JV = Jules Vallès) desde su infancia hasta los sangrientos sucesos de la Comuna de 1871.
En el primer tomo narra sus vicisitudes de niño, de escolar, con una madre posesiva y un padre que, para mantener a la familia, soporta todas las humillaciones que, por su cargo, se ve obligado a aceptar en un puesto educativo de los menos considerados en el sistema educativo francés de la época. Se insinúa en esta obra su amor por los libros, la escritura… no es difícil reconocer en sus líneas su camino revolucionario, vindicativo de libertades.
En el segundo, “El bachiller”, nos expone el encuentro con su libertad, una libertad ficticia por cuanto depende de ayudas de sus padres, posibles “becas” y herencias mínimas inesperadas. Sus estudios se van viendo influenciados, así como su postura político-social, por los sucesos de 1850.
El tercer tomo, el más intenso, desemboca en su pelea, personal y pública, contra el sistema establecido, al que considera injusto. Partícipe activo de la lucha de la Comuna, una revolución provocada por la guerra franco-prusiana, un “¡basta ya!” de las clases desfavorecidas contra el Sistema, una ilusión que acaba con miles de muertos por la libertad. Es un libro vertiginoso, en el que cuesta un poco ponerse en situación, relacionar acontecimientos, pero el más interesante, a mi parecer, de los tres.
Jules Vallès, al que no había leído hasta ahora (lo siento), me recuerda, en una extrapolación temporal, geográfica e histórica a Arturo Barea con su “La forja de un rebelde”. quizás por ser una trilogía y porque en ambas la construcción temporal es similar. Ambos dedican un primer volumen a su infancia, un segundo a su adolescencia-juventud (Vallès estudia. Barea combate en África) y un final revolucionario (Vallès en la Comuna. Barea en la guerra civil). Pero ahí acaban las similitudes.
Centrándonos en Vallès, en su primera obra se enmascara relativamente, permitiendo así la ironía y la mistificación. En las siguientes va olvidando paulatinamente esta protección para inflamarse de espíritu revolucionario y modificar, a ojos del lector, tanto a la obra como al autor de ésta. Enfrentado al Segundo Imperio, su lectura nos presenta a un Vallès auténtico, transparente y sincero.
En las tres, su forma de escribir parece que implica al lector, forzándole a dar su opinión (una opinión que, por otra parte, se inclinará obviamente hacia la Libertad y el Derecho)
Es curioso cómo transmite al lector la relación del novelista y de su supervivencia en la época. Todos los escritores, incluso ahora, juegan entre la prensa y la novela. Y lo que es válido actualmente sirve igual para aquel siglo. Los escritores de esa época, ante la imposibilidad de publicar sus obras, se vuelcan en la intervención periodística, único medio de subsistir que muchos de ellos encuentran. Vallès, como tantos otros, así lo hace y lo declara sin problemas. Muchos de ellos generan una justificación creíble creando la figura del genio incomprendido y condenado por los acontecimientos a las columnas de los periódicos. Pero estos mismos periódicos son, a la vez, talleres literarios, consecuencia a la que Vallés no es ajeno pues la experimenta en sí mismo, abriendo paso a corrientes estéticas y culturales del siglo XIX e inicios del XX.
Periodista, escritor y editor (el más famoso periódico creado por él es “Le Cri du peuple”, además de algunos otros en épocas determinadas), Jules Vallès es un autor imprescindible para leer, tanto para conocer la evolución histórica de un país en el siglo XIX como para, y más importante para mí, observar y admirar el desarrollo personal de un hombre que, aún hoy, es venerado y homenajeado por muchos de los que pelean, sufren y siguen peleando por los derechos humanos, aunque sea desde la pequeña parcela de su propia libertad individual.
(Publicada en la web www.ciberanika.com)
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